Nosotros seremos lo que tú quieras que seamos
Yo soy lo que te dé la gana, échamelo todo en cara

Este episodio tiene un apartado especial en mi memoria. Nos habíamos saludado muy temprano. Conversamos sobre el día que empezaba, de amaneceres, de cielos coloridos, me enviaste canciones. Me subí al auto, repasaba mentalmente mi agenda. Luego me enviaste esa versión de “A que no me dejas” interpretada por Marta Soto. 

Play. Iba manejando, pero escuchaba atento. Me gusta la música de Alejandro Sanz, pero a esta canción no le habia prestado mucha atención.

Me escribiste: Cuando ya no estés, me dejarás así.

Y de pronto, escuchaba esa canción con tu voz. No podía ver el video por prestar atención al camino, pero el sentimiento de la interpretación se podía percibir a través de los altavoces del auto. Me decías “sobreviviremos, no hemos vivido nuestro sueño”. Me decías casi como un lamento: “a que te beso y te entregas, sin que ni siquiera te des cuenta”. Hasta ese momento , no habíamos hablado de dejarnos, pero ahí estabas tu adelantándote a todo.

Me empezaron a quemar los ojos. Se me salió una lágrima. Recién empezábamos y ya tenías temor de que se acabe. Yo, que siempre he preferido pensar que podemos encontrar la forma de entendernos y no tener que despedirnos, solo podía escuchar, sin levantar defensas ni argumentos. Mi mente no pudo bloquear nada esa mañana.

Luego, ya en la oficina, te escribí: Me hiciste llorar con esa canción. Tratando de recomponerme, agregué: Debe ser porque la canta una mujer. La verdad es que la letra me atravesó. En esa canción estaba todo lo que yo haría por retenerte y me lo estabas diciendo tu primero.

Pero es que eso es así, a que no me dejas
A que aunque tú quieras, mira niña, no me dejas
Porque tenemos recuerdos pa’ llenar las penas
Si quieres apostamos, corazón

Entre mis recuerdos, éste tiene un post-it con la nota “prohibido olvidar”. Me has dedicado otras canciones pero ninguna como ésta.

Tenemos un amor fuera de tiempo y convenciones, de momentos cortos y espaciados pero también de momentos largos llenos de significado. 

Te aseguro que me quedo si te quedas, e incluso me quedo un rato después de que te hayas ido, por si volvieras.